Csaba Markus

16 feb 2011

GANAR LA PARTIDA AL CÁNCER


Algunos médicos se niegan a creer que la radio y la quimio terapia son los únicos métodos curativos del cáncer.



Estoy hablando del bicarbonato sódico, sí, esa sal que viene tan bien para las malas digestiones, gases, malestares estomacales... Por lo visto, tiene facultades preventivas y curativas contra el cáncer.


Según ciertas investigaciones, detiene y cura el cáncer. También alivia los efectos secundarios de la quimioterapia.


Pero, el complejo industrial farmacéutico-médico, el aparato financiero más depredador de la historia, sigue convencido de que el cáncer es un misterio impenetrable solo combatible con cirugía, quimioterapia y radiación.


El doctor Mark Sircus ha escrito un libro ' Winning the War on Cancer' y en él habla de los efectos curativos del bicarbonato sódico.


El bicarbonato de sodio es un método conocido desde antaño para acelerar el retorno a la normalidad de los niveles de bicarbonato en el cuerpo, es una forma natural de quimioterapia que mata las células cancerígenas sin efectos secundarios.


Pero por lo visto, a nadie le interesa promover este remedio puesto que es un producto habitual en los hogares y bastante económico para los bolsillos. Es decir, no hay negocio.


El Dr. Simoncini, oncólogo (especialista en cáncer) opina que en un futuro no muy lejano será posible tratar y curar cualquier tumor en un plazo de quince a treinta días con el bicarbonato de sodio. (En varias dosis al día en píldora o a través de una inyección).


Pero la comunidad médica convencional le ha dado la espalda a él y a otros doctores porque rehusan a usar los métodos convencionales, decidiendo administrar a sus pacientes bicarbonato sódico con un impresionante éxito en un 99 por ciento de los casos de cáncer de mama. Y el cáncer de vejiga se puede curar en tan sólo seis días, por completo, sin cirugía, sin quimio ni radioterapia, usando tan sólo un aparato local de infiltración (similar a un catéter) para infundir el bicarbonato de sodio directamente al sitio infectado sea en la mama o en la vejiga.

El Dr. Simoncini piensa que el cáncer no tiene nada que ver con la carga genética de una persona y echa por tierra la teoría de la división anómala de las células.

Según él, el cáncer parece ser causado por una severísima infestación de hongos en los órganos internos, permitida por:

  • Una bajada de defensas en el sistema inmunológico (sea por déficit de vitamina B17)
  • Problemas emocionales mal manejados.
  • O una suma de todo.

De hecho, muchos de los tratamientos de quimioterapia incluyen actualmente el bicarbonato de sodio, con el pretexto de que “ayuda” a proteger los riñones, el corazón y el sistema nervioso del paciente. Y ha sido ya comprobado que el administrar quimioterapia sin el bicarbonato puede matar al paciente ahí mismo.

Así, cuando escuchamos ahora los “éxitos” de la quimioterapia; sobre todo con reportajes en televisión y cable de celebridades curándose milagrosamente, lo que no se nos informa es que es precisamente el bicarbonato de sodio es el que está actuando, no sólo para detener la metástasis y curar el cáncer, sino también para disminuir al mínimo los nocivos efectos secundarios de los temibles venenos tóxicos de la quimioterapia.


El Dr. Sircus asegura que no existe estudio alguno que separe los efectos del bicarbonato de sodio de los agentes tóxicos de la quimioterapia y que no los habrá por la cuenta que le trae al complejo industrial farmacéutico-médico.

Y nos recomienda una dieta rica en vitamina B17, que se encuentra sobre todo en semillas, almendras, pepitas de papaya o de sandía, etc.


Todo el mundo a comer almendras y semillas, ya!


4 feb 2011

LA INMOLACIÓN POR LA BELLEZA



El Erizo era feo y lo sabía. Por eso vivía en sitios apartados, en matorrales sombríos, sin hablar con nadie, siempre solitario y taciturno, siempre triste.





Él que en realidad tenía un carácter alegre y gustaba de la compañía de los demás. Sólo se atrevía a salir a altas horas de la noche y, si entonces oía pasos, rápidamente erizaba sus púas y se convertía en una bola para ocultar su rubor.





Una vez alguien encontró ese tremendo alfiletero. En lugar de rociarlo con agua o arrojarle humo - como aconsejan los libros de zoología-, tomó una sarta de perlas, un racimo de uvas de cristal, piedras preciosas, o quizá falsas, cascabeles, dos o tres lentejuelas, varias luciérnagas, un dije de oro, flores de nácar y de terciopelo, mariposas artificiales, un coral, una pluma y un botón, y los fue enhebrando en cada una de las agujas del Erizo, hasta transformar aquella criatura desagradable en un animal fabuloso.


Todos acudieron a comtemplarlo. [...]


El Erizo escuchaba las voces, las exclamaciones, los aplausos y lloraba de felicidad. Pero no se atrevía a moverse por temor de que se le desprendiera aquel ropaje miliunanochesco. 
Así permaneció durante todo el verano. Cuando llegaron los primeros fríos, había muerto de hambre y de sed. Pero seguía hermoso.
                                                                         Autor: Marco Devini.